Microliving: cuando el espacio es un lujo

Autor: Cristian Arciniega

 

Texto: Si te pregutas si ¿el microliving es para todos? La respuesta es que cada persona o familia tiene necesidades distintas, por ello que existen diferentes productos en el mercado inmobiliario. El microliving, según especialistas, llegó para cubrir un grupo específico de la población pero, poco a poco, ha conseguido extenderse a otros sectores.

 

“Definitivamente, es un concepto para gente joven, entre los 25 y 35 años. Se trata de personas que acaban de ingresar al mercado laboral y, por esa misma razón, no les alcanza para comprar viviendas más grandes que les queden cerca de sus lugares de trabajo y esparcimiento. Asimismo, aquellos adultos entre los 55 y 65 años, quienes empiezan a experimentar el síndrome del nido vacío, que es cuando los hijos se van de la casa, se mudan a lugares más pequeños. De hecho, el microliving se usa mucho actualmente en proyectos de seniors por el aspecto de comunidad”, dice Stangl Correa.

 

Los futuros compradores o arrendatarios deben considerar que estas unidades de vivienda suelen estar en desarrollos inmobiliarios de usos mixtos, es decir, que conjuntan dos tipos de subsectores, como vivienda y comercial, o vivienda, corporativo y comercial. Según las necesidades de cada persona, esto podría representar un beneficio o una desventaja al momento de inclinarse por este concepto.

 

Especialistas coinciden en que familias de más de dos integrantes o con hijos pequeños no podrían disfrutar una buena calidad de vida en departamentos tan pequeños.

Ese tipo de habitantes da prioridad al espacio sobre la ubicación, por lo que prefieren vivir en las afueras aun cuando sus trabajos les quedan más lejos y tener casas amplias o con jardín.

 

 Una opción, dos usos distintos

 

Antes de inclinarse por este concepto, expertos en el sector inmobiliario recomiendan identificar el uso que se le dará al inmueble. En el caso de compra, el dueño tiene la opción de habitar la vivienda o, bien, ponerla en alquiler a través de plataformas de corta estancia.

 

“En el primero, se sacrifica espacio por ubicación, es decir, se prefiere vivir en un lugar céntrico y cercano al trabajo. La segunda opción se refiere a adquirirlo con el fin de convertirlo en un negocio. El microliving se ha vuelto un producto atractivo porque permite obtener rentabilidades de entre un ocho y 12 por ciento de manera anual”, subraya Stangl.

Del uso que se le dé a la propiedad dependerá tanto sus beneficios como su diseño. Hay microdepartamentos con un solo ambiente (un espacio abierto), donde se cuenta con una cocina pequeña, espacio de entretenimiento, baño y una cama, un modelo similar a una habitación de hotel, por lo que funciona perfectamente como inversión.

 

Mientras que una unidad que será habitada tiene la opción de dividirse en dos áreas: la recámara y el espacio social. Ambos productos, sin embargo, deben constar de amenidades dentro del desarrollo para enriquecer la experiencia y dar un respiro de libertad.

 

 ¿Se puede vivir cómodamente?

 

La polémica en torno al microliving se centra tanto en sus reducidas dimensiones como en su alto precio por metro cuadrado. Y es que, luego del confinamiento en casa, muchas personas no se imaginan vivir en inmuebles por debajo de los 50m2, más cuando el hogar se ha convertido también en un lugar de trabajo.

 

Si bien el precio de una vivienda es decisivo, hay otros elementos que deben tener mayor peso al momento de rentar o comprar. “A través del microliving se pueden cubrir las necesidades básicas de un individuo, pero difícilmente podrán vivir cómodamente más de dos integrantes. Pensar en una familia resulta imposible”, menciona Carlos Ortiz, director general del despacho de arquitectura CO2 Taller.

 

Por ello, un microdepartamento debe formar parte de un conjunto habitacional que provea todas las necesidades que no contiene la vivienda como: espacios para convivir, áreas verdes u otras amenidades; además de encontrarse en una zona donde se acceda fácilmente a todo.

 

“Tener todo en un mismo espacio, sin muros, ayuda a que se sienta lo más amplio posible. También es importante que el inmueble esté iluminado y ventilado, y que tenga una vista agradable para minimizar la sensación de encierro”, aconseja Carlos Ortiz.

 

El microliving es claro ejemplo de la evolución del mercado inmobiliario, que busca adecuar los espacios a las necesidades específicas de los usuarios. No obstante, dependerá de cada habitante apostar por el modelo que mejor se adapte a su estilo de vida, así como decidir si prefiere sacrificar espacio por ubicación o precio por amenidades.